Autodespido con indemnización: cuando el juez te despide y te paga tu jefe

por | Sep 18, 2025

Llegar a la situación de lo que es el autodespido nadie la desea. Imagina esto: cada día vas al trabajo con un nudo en el estómago. No sabes si hoy te van a gritar, si te van a pagar o si van a cambiarte de turno a última hora sin avisar. El ambiente es tóxico, te hacen sentir inútil, te degradan, no te respetan. La empresa no te despide, pero te hace la vida imposible para que seas tú quien se canse, caigas en autodespido por estrés laboral; que seas tú quien tire la toalla y abandone el trabajo y, además, sin cobrar un euro.

Lo hacen para ahorrarse la indemnización y quedar limpios. No quieren mancharse las manos, no quieren arriesgarse a que tú reclames, así que optan por desgastar tu dignidad poco a poco hasta que cedas por agotamiento.

Pues bien, lo que quizá no sabes es que la ley te protege. Y mucho. Existe una figura que se llama extinción voluntaria del contrato por voluntad del trabajador con causa justificada, pero todo el mundo la conoce por su nombre más directo: autodespido con indemnización. Es la herramienta legal que convierte el silencio en denuncia y la resignación en justicia.

¿Qué es un autodespido?

Es un mecanismo legal por el cual tú, como trabajador, le pides al juez que te «despida» porque la empresa está incumpliendo gravemente sus obligaciones; también se le llama despido indirecto. Y si el juez te da la razón, ocurre lo siguiente:

  • Te conceden una indemnización igual a la del despido improcedente (33 días por año trabajado).
  • Autodespido con derecho al paro, igual como si te hubieran despedido.
  • La empresa no puede recurrir a que tú te fuiste voluntariamente para escaquearse.

Es decir, aunque seas tú quien presenta la demanda, legalmente es como si la empresa te hubiera echado mal y tuviera que pagar por ello. Pero no sólo eso: estás consiguiendo algo más importante todavía. Estás haciendo que un juez reconozca que lo que estás viviendo no es parte del contrato laboral, sino un abuso encubierto.

¿Qué conductas justifican un autodespido?

No vale con que tu jefe te caiga mal o que haya mal ambiente. Hace falta que se den incumplimientos graves y reiterados por parte del empresario o empleador. Aquí van algunas de las situaciones más habituales:

  • Retrasos en el pago del salario. Que te paguen tarde con frecuencia o que te falten importes todos los meses. Da igual que «luego regularicen». No pagar puntual y correctamente es una de las obligaciones más básicas de una empresa.
  • Impago de nóminas. Un solo mes impagado no suele ser suficiente, pero si se repite, puedes actuar. Y si además coincide con excusas absurdas como «no hemos cerrado el mes» o «te pago en mano en unos días», la cosa huele muy mal.
  • Acoso laboral o trato vejatorio. Gritos, humillaciones, aislamiento, burlas, desprecios constantes… El maltrato psicológico deja huella y no se necesita un expediente abierto para probarlo. Basta con demostrar el clima que vives.
  • Modificaciones abusivas de tus condiciones. Te cambian de centro, de horario, de funciones sin justificación. Te avisan de un día para otro que trabajas el fin de semana o que ahora haces tareas de otra categoría.
  • Reducción de categoría profesional. Te hacen hacer tareas de nivel inferior, te ningunean, te excluyen de decisiones. No te comunican nada y esperas las órdenes por WhatsApp. Como si ya no formases parte del equipo.
  • Carga de trabajo inhumana o trato discriminatorio. Siempre te toca a ti, te dejan solo/a, te arrinconan. Si hay bajas, tú absorbes el trabajo de tres personas. Si pides ayuda, te dicen que «es lo que hay».
conductas que justifican un autodespido

Ejemplos reales que podrían justificar un autodespido

  • Una auxiliar administrativa que lleva tres meses cobrando con retrasos. Este mes no le han pagado y le dicen que aguante, que «ya llegará». Mientras tanto, paga el alquiler con su tarjeta de crédito.
  • Un reponedor al que el jefe ridiculiza delante de clientes, le grita a diario y le ha puesto a trabajar con condiciones de carga física excesiva sabiendo que tiene una lesión. No se atreve a decir nada porque teme que lo echen.
  • Una empleada de limpieza a la que, tras reincorporarse de una baja médica, le han quitado los servicios donde trabajaba con confianza y la han enviado sola a zonas conflictivas sin formación. Dice que se siente castigada por haber enfermado.
  • Un camarero que lleva dos años haciendo labores de cocinero, sin que se le reconozca ni el puesto ni el salario correspondiente. Ha pedido que le regularicen por escrito y le han dicho que no toca, que no es el momento.

En todos estos casos, el patrón es el mismo: la empresa no quiere despedirte, quiere que lo hagas tú. Pero la ley permite que seas tú quien se adelante y lo obligue a pagar. Y no solo pagar: quedar retratada legalmente como una empresa que incumple, que abusa y que maltrata.

¿Qué pasa si el juez no concede el autodespido?

Muy importante: no pierdes tu empleo. Si el juez considera que no hay causa suficiente para un autodespido, simplemente desestima tu petición. Pero no te echan, ni te despiden, ni pierdes derechos. Sigues en tu puesto de trabajo como si nada.

Eso hace que esta vía sea especialmente segura. Puedes intentarlo, y si la cosa no sale como esperabas, no pierdes nada por probar. No se abre un expediente disciplinario, ni figura como baja voluntaria. Simplemente, no prospera. Y si mientras tanto la empresa comete otro fallo, puedes volver a intentar. Porque esto no es un salto al vacío: es una vía legal pensada para protegerte cuando ya no puedes más.

¿Y el paro?

Sí. Si el juez declara el autodespido con causa, tienes derecho al paro como si te hubieran despedido de forma improcedente. Nada de bajas voluntarias, nada de «te vas tú y no cobras nada». Aquí te vas porque un juez reconoce que el problema es la empresa, no tú.

Y eso es importante. Porque significa que no tendrás que esperar un año de cotización extra, ni justificar tu salida. Simplemente, accedes al paro como corresponde. Porque cuando el juez dice que es la empresa quien rompió el vínculo laboral, la administración lo respeta.

¿Cómo se inicia el proceso?

  • Tienes que recopilar pruebas: correos, mensajes, grabaciones, testigos, informes médicos… Todo lo que refleje el clima, los abusos, los incumplimientos.
  • Contactar con un abogado laboralista o especialista en consultas de derecho laboral y redactar la demanda. Este paso es clave: no es lo mismo plantear una extinción por impago que por acoso. Cada caso tiene su estrategia.
  • Presentarla en el juzgado y seguir los pasos del procedimiento. El proceso puede tardar, pero no estás solo/a. Se puede pedir incluso una medida cautelar para protegerte.

Es un proceso que puede tardar meses, pero mientras tanto, sigues trabajando, sigues cotizando y, si todo va bien, al final te vas con dinero; con paro y con dignidad. Sobre todo, con el reconocimiento de que tú no abandonaste: resististe hasta que la ley te dio la razón.

En resumen, del despido indirecto

El autodespido no es una renuncia, es una respuesta valiente ante el maltrato empresarial. Es la manera legal de decir: «No pienso seguir soportando esto, y encima quiero que me pagues por lo que me has hecho».

En MAXIMIZAMOS lo decimos claro: si tu jefe no tiene el valor de despedirte, te damos las herramientas para que lo obligues y que lo pague. Porque si se creen que arrinconarte es gratis, se han equivocado de trabajador.

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