Sobre la condición más beneficiosa, en el mundo laboral hay una frase que deberías grabarte a fuego: lo que el jefe te da, el jefe no te lo puede quitar… así como así.
Porque sí, hay jefes que un día te dan teletrabajo, te dejan salir una hora antes los viernes o te pagan 300 euros más al mes que lo que marca el convenio. Y tú, como es normal, piensas: «qué majo mi jefe». Pero lo que no sabes es que, si eso se mantiene en el tiempo, se convierte en un derecho. En algo que no te pueden quitar de un plumazo porque al jefe le ha dado un arrebato de productividad o le ha salido caro el leasing del Tesla.
¿Qué es eso de la condición más beneficiosa?
No es magia, es derecho laboral. La condición más beneficiosa (también llamada derecho adquirido) es ese extra que has ido acumulando sin darte cuenta: porque siempre te daban la cesta de Navidad, porque nunca trabajabas el 24 de diciembre, porque tu salario estaba por encima del de tus compis nuevos, o porque jamás pisabas la oficina un viernes por la tarde. Nadie te lo puso por escrito. Pero era así. Y eso cuenta.
Y ahora, un día, tu jefe dice: “Ya no hay viernes libres”, “la cesta este año no toca” o “los 300 euros extra te los quito porque lo dice el nuevo convenio”. Pues no, eso no se puede hacer. Porque lo que era un trato estable, reiterado y que tú dabas por hecho, se ha convertido en un derecho tuyo.
¿Cómo se consolida ese derecho de «condición más beneficiosa»?
No hace falta que hayas firmado un papel. Basta con que se haya repetido en el tiempo, que haya sido voluntario por parte del empresario (es decir, que no haya sido por error), y que mejore lo que marca el contrato o el convenio (en los artículos 3.1 y 41 del Estatuto de los Trabajadores en su última actualización, se habla sobre las modificaciones y condiciones de trabajo, en relación a la condición más beneficiosa).
Por ejemplo:
- Si llevas tres años saliendo a las 15:00 los viernes y ahora te quieren imponer jornada hasta las 18:00.
- Si cada año te daban lotería o tickets restaurante y de repente desaparecen sin más.
- Si siempre cobraste un extra que el nuevo convenio no incluye y ahora te lo quieren quitar.
No lo pueden hacer sin más. Porque ese beneficio ya es tuyo.
¿Te pueden quitar lo que ya es tuyo?
Sí, pero solo de tres formas:
- Con tu consentimiento. Es decir, que tú firmes un acuerdo aceptando que te quiten el beneficio. Si no lo haces, no vale.
- Por modificación sustancial de condiciones de trabajo. Pero aquí el empresario tiene que justificar razones de peso (económicas, organizativas…) y avisarte con 15 días. Y tú puedes impugnar.
- Por compensación y absorción. Si tu salario estaba por encima del nuevo convenio y ahora quieren que «te entre todo en el mismo precio», solo será legal si la suma total sigue siendo igual o superior. Pero cuidado con esta trampa, que es de las favoritas.
Cuando el jefe se cree Dios
Hay una cosa que a muchos jefes les encanta más que su plaza de parking: sentir que tienen el control absoluto. Se creen que pueden dar y quitar a su antojo. Si un año dan cesta de Navidad, es porque quieren. Si el siguiente no la dan, es porque tampoco quieren. Y si alguien se queja, su respuesta favorita es: “Eso era un detalle, no un derecho”.
Lo que no entienden (o no quieren entender) es que el contrato de trabajo no es una foto fija, es una película. Se va ampliando con el tiempo, y cada escena suma derechos. La condición más beneficiosa no es una concesión divina: es un mecanismo para proteger al trabajador de esos caprichos de última hora con los que los empresarios intentan tapar sus errores de gestión.
Porque sí, hay jefes que, si pudieran, te cobrarían por ir al baño. Pero el derecho laboral no se lo permite. Y cuando algo se consolida como derecho adquirido, no hay forma legal de quitártelo sin pasar por el aro.
¿Qué pasa si el jefe se pasa de listo?
Pues que se lo puedes parar. Si notas que algo que tenías de forma habitual y estable desaparece sin explicación, consulta. Porque muchas veces te están colando un recorte por la puerta de atrás.
En MAXIMIZAMOS hemos visto de todo:
- Empleados que perdieron 100€ al mes porque su nuevo contrato no reflejaba el plus que venían cobrando desde hacía años.
- Empresas que eliminaban el teletrabajo de golpe sin justificar nada, después de 2 años con los viernes libres.
- Cestas de Navidad que dejaron de llegar con la excusa de «ajustes», cuando llevaban 8 años dándolas.
¿Qué puedes hacer si tienes dudas?
Primero, no te calles. Reclama y habla con un abogado especialista en derecho laboral que entienda que tu jefe no es tu colega. Segundo, revisa tus nóminas pasadas, tus horarios, tus correos… cualquier cosa que demuestre que ese beneficio existía.
Y si lo tienes claro con pruebas en mano: se reclama. Por las buenas si es posible. Con demanda, si hace falta. Porque si no haces valer tus derechos, tu jefe no solo te lo quita: se lo queda.
En resumen:
- Lo que te han dado durante años, no pueden quitártelo sin más.
- Aunque no esté firmado, si era estable, reiterado y voluntario, es tuyo.
- Solo puedes perderlo si lo aceptas, si lo justifican legalmente o si te compensan adecuadamente.
En MAXIMIZAMOS, no dejamos que la memoria del jefe borre lo que tú ya te habías ganado.